Es evidente que el trabajo y que las oportunidades de
acceder a un empleo estable y de calidad se ha convertido por estos tiempos en
mucho más que un valor, y ha pasado a ser una necesidad básica que,
lamentablemente, muchas personas no llegan a cubrir generando los altísimos
índices de desocupación que hoy por hoy se registran en cientos de países del
mundo. Este fenómeno, se desarrolla según los especialistas como consecuencia
directa de las nuevas tecnologías y de la crisis económica, que obliga a las
empresas privadas y a las instituciones estatales a reducir su personal o bien
a reemplazar con maquinas lo que históricamente desarrollaron con obreros
calificados. Los que más sufren este flagelo de la falta de trabajo son sin
dudas los jóvenes, los cuales presentan hoy enormes dificultades para acceder a
un empleo rentable, cuestión que provoca una enorme preocupación no solo entre
las comunidades sino también en los estados. La primera solución que se plantea
para esta realidad es la de la formación ya que, según coinciden los analistas,
aquellos que logran acceder a una titulación universitaria en campos
específicos del conocimiento cuentan con muchas más chances de ser elegido para
un puesto de trabajo.
A la par de la formación y la profesionalización de los
jóvenes, el estado debe necesariamente cumplir un rol trascendental para
aliviar esta lamentable situación, fomentando entre los sectores privados y
empresariales la contratación de más trabajadores y en especial de más jóvenes
para que puedan insertarse en el mercado del trabajo. Para comprender que estas
acciones pueden realizarse exitosamente, podemos tomar desde España un claro
ejemplo, el cual indica que el secretario general de Empleo de la Junta de
Andalucía, Antonio González Marín, ha mantenido hoy en Almería encuentros de
trabajo con los equipos directivos de las empresas Grupo Cosentino y Michelin,
ubicadas en la provincia, para explicarles las ventajas del Bono de Empleo
Joven, una medida con la que el Gobierno andaluz impulsa el empleo juvenilfacilitando a las empresas la contratación de titulados universitarios, de
formación profesional o graduados en ESO, procedentes del Plan de Segunda
Oportunidad.
Indudablemente tiene que ser este el rol que asuman y que
desarrollen los estados y sus máximas autoridades, interviniendo de forma
directa para comenzar a revertir la situación y reducir los índices de
desempleo en el mundo. Del mismo modo, se debe contribuir a expandir las
alternativas de acceso a la educación a todo nivel, planteando siempre a la
titulación universitaria como un paso decisivo para poder cumplir con la meta
de acceder a un buen trabajo en el mercado.
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